PENA DE ROSA MARÍA
MARCHA
(F. M. MONCADA/J. G. ORDUÑA)
Con los ojos azules como los mares,
y en la cara la gracia de Andalucía,
pura como las flores de los azahares
era por todo Cádiz Rosa María.
Cantaba entre risas y copas
en un café marinero
llevando el viento sus coplas
como a un barquito velero.
Pero una advertencia
alguien le hizo un día
que fue una sentencia
“pa” Rosa María.
ESTRIBILLO
Niña bonita no te embarques
por los mares del querer,
que hay vendavales que son mortales
donde te puedes perder.
Que tu carita que brilla
lo mismito que un lucero
puede quedarse amarilla
como la flor del romero.
Niña bonita no hagas
caso de promesas marineras
que en cada puerto el marino
se va llevando los besos
y a cambio deja la pena.
Vino desde muy lejos un marinero
y atracó su barquito en la bahía,
y el que fue de los mares un prisionero
preso dejó de amores a Rosa María.
Y cuando la luna llena
bajó a mirarse en las olas
la niña muerta de pena
se vio sin cariño y sola.
Y mientras lloraba
al verse perdía
así recordaba
la copla de un día.